jueves, 9 de marzo de 2017

Itaca

Itaca, 1911      Konstantin Kavafis

“Cuando salgas de viaje para Itaca,
desea que el camino sea largo,
colmado de aventuras, de experiencias colmado,
A los lestrigones y a los cíclopes,
al irascible Poseidón no temas,
pues nunca encuentros tales tendrás en tu camino,
si tu pensamiento se mantiene alto, si una exquisita
emoción te toca cuerpo y alma.
A los lestrigones y a los cíclopes,
al fiero Poseidón no encontrarás,
a no ser que los lleves ya en tu alma,
a no ser que tu alma los ponga en pie ante ti.

Desea que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas estivales
en que -¡Y con qué alegre placer!-
entres en los puertos que ves por vez primera.
Detente en los mercados fenicios
para adquirir sus bellas mercancías,
madreperlas y nácares, ébanos y ámbares
y voluptuosos perfumes de todas las clases.
Todos los voluptuosos perfumes que te sean posibles.

Y vete a muchas ciudades de Egipto
y aprende, aprende de los sabios.
Mantén siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Pero no tengas la menor prisa en tu viaje.
Es mejor que dure muchos años
y que viejo al fin arribes a la isla,
rico por todas las ganancias de tu viaje,
sin esperar que Itaca te va a ofrecer riquezas.

Itaca te ha dado un viaje hermoso.
Sin ella no te habrías puesto en marcha.
Pero no tiene ya más que ofrecerte.
Aunque la encuentres pobre, Itaca de ti no se ha burlado.
Convertido en tan sabio, y con tanta experiencia,
ya habrás comprendido el significado de las Itacas”



En el mes de julio del año 2015, mi barco “El Gaviero” atracó en el puerto de Vathy, Itaca, cumpliendo así un sueño antiguo. El calor era sofocante y soplaban fuertes rachas de viento al atardecer. La isla se descubrió agreste y casi salvaje, pequeña y poco habitada.
Como decía Kavafis en su poema, Itaca no ofrece riquezas, pero me ofreció un viaje hermoso. Y como en el poema, comprendí que las Itacas no desaparecerán nunca mientras haya quién sueñe con emprender un viaje o una aventura. No se acabarán para mí mientras quiera seguir descubriendo lugares, personas y situaciones; mientras me siga gustando navegar sobre las olas interminables bajo el cielo protector a bordo de mi querido barco para llegar a nuevos puertos.
De todas formas, llegar a Itaca no es llegar a cualquier sitio… Y El Gaviero y yo hemos estado allí.

Kioni


Frikes


Vathy




La isla de las cabras

Jónico






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